CHRISTOPHER WARD TWELVE.

 

En estos días que no hemos actualizado con nuevas entradas el blog, se han presentado algunas novedades que apenas han logrado sacarme de mi actual estado de estoicismo relojístico (un concepto que quizás fuera merecedor de una entrada propia, estoy pensando según escribo).

Pero como hay que dar señales de vida, me he animado a redactar un post acerca del nuevo Christopher Ward Twelve, puesto que la firma es una de las que siempre tenía en mi radar, por su interesante relación calidad-precio. Eso, como en casi el resto de firmas, pasó a la historia.




Digámoslo claro desde el principio. Un precio de 1.350 euros por un reloj cuyo calibre es un Sellita SW200 es, simplemente, una tomadura de pelo. Ya puede venir ese calibre en un envoltorio con los fuegos de artificio que quieran añadirse, como es el caso.

Que si el diseño integrado del brazalete, que si la calidad de acabados (innegables), que mira lo que hemos trabajado la esfera (para mí con un diseño con demasiado "ruido"), que verás lo bien que nos ponen en los portales relojeros especializados... y bla, bla, bla. 1.350 euros por un Sellita SW200, grado elaboré, con 38 horas de reserva de marcha, es en lo que no hay que dejar de poner el foco. Y si quieres un upgrade en titanio, con un Sellita SW300 certificado de cronómetro, pues excede de lo dos mil (con brazalete de metálico). Vamos, que estamos como cuando vamos al supermercado y se nos hacen los ojos chiribitas (sólo que en este caso se trata de productos de última necesidad, o sea, relojes).




¿Sois aficionados a los relojes? ¿Si? ¿Y no estáis un poco empachados de modelos con brazalete integrado desde que Tissot dio el pelotazo con su PRX? Pues nada, otro más.

Bien diseñado, eso sí, y muy bien acabado, como acostumbra la firma británica. No creo que se le puedan reprochar demasiados defectos a su caja, de 40 mm de diámetro y muy trabajada en sus acabados, que alternan superficies cepilladas y cantos pulidos, con un bisel fijo dodecaédrico con superficie lateral pulida. 




Quizás el bisel fijo sea lo mejor del reloj. Podéis apreciar la intrincada combinación de superfices: canto lateral pulido, superficie superior cepillada, canto vertical con un fino granulado... un muy buen trabajo.

¿Qué me pasa a mí con la esfera?, os preguntaréis. Pues que, a pesar de su exquisita elaboración, para mí el efecto conseguido, un tanto barroco, provoca una excesiva distracción. Los ojos se van al patrón tridimensional y distraen de la lectura de la hora. Y tampoco acabo de ver unos marcadores horarios con excesiva longitud. No, definitivamente, a mí no me convence este conjunto, excepto en los modelos de titanio con diál fumé. Es verdad también que, para emitir un juicio definitivo, tendría que trastear los relojes en muñeca.






Como comentaba anteriormente, el calibre en el modelo acero es el archiconocido Sellita SW200, con acabado elaboré y rotor decorado. El Sellita SW300 con grado de cronómetro se reserva para el modelo de titanio. Os recuerdo que Sellitas SW200 se encontraban hace dos o tres años en muchísimos modelos por debajo de los 1K euros, y de los ochocientos también. En modelos de la propia firma.




El Twelve es sin duda un reloj polifacético, posiblemente un buen candidato como reloj de diario, con un carácter algo más deportivo con la opción de correa de caucho, y más "dress" con brazalete metálico. La caja soporta hasta 10 atmósferas de presión.





El reloj está disponible en pre-order, para entrega en verano, en la página web de la firma. Lo precios se inician en los 1095 euros para las versiones con Sellita SW200 y brazalete de caucho (no sé muy bien qué aporta respecto a un Tissot PRX con Powermatic 80 y 745 euros de precio de tarifa) y escalan hasta unos difícilmente entendibles 2075 euros para el modelo de titanio con SW300 cronómetro y brazalete metálico. 




https://www.christopherward.com/the-twelve-watches





Comentarios

  1. Ay, los precios totalmente locos a los que han llegado nuestros deseados relojes!
    En fin, por suerte, con dial chulo y brazalete integrado pude hacerme con el E.C Andersson Göteborg y con el Citizen Tsuyosa amarillo, todavia a buenos precio. y ambos conocidos a traves de tu blog, muchîsimas gracias,

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    Respuestas
    1. Dos buenas elecciones...
      Respecto a los precios pues toca replantearse las cosas. Como os decía en la entrada estos son artículos de última necesidad. Mi "estado estoico" consiste en disfrutar más que nunca de mis relojes, ser enormemente crítico con las firmas y nunca adquirir por impulso, sino tras considerar hasta el más mínimo detalle. Gracias por comentar.

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