NIVADA GRENCHEN CHRONOKING SALMON. ¿EL MECAQUARTZ MAS APETITOSO DEL MERCADO?

 

La serie Chronoking de Nivada, inspirada en los modelos de la firma de los años sesenta y setenta, quizás herede uno de los  diseños más equilibrados entre los cronógrafos de aquellos años. La renacida Nivada no podía dejar escapar la ocasión de rentabilizar el bagaje de un reloj tan especial.

Su última propuesta es este Chronoking con dial color salmón y calibre mecaquartz, que pone a tiro de los aficionados, a un precio relativamente razonable, un crono (eso sí, no mecánico) con todo el aspecto y sabor de los setenta.




Los Chronoking originales formaban parte de la serie Chronomaster y se distinguían por su ventana de fechador ubicada a las 12. Algo que este reloj que nos ocupa ha perdido, debido a que está sujeto a las características de su calibre.

El TMI VK63A de origen Seiko es así: tres subesferas en disposición 3-6-9 y sin fechador... y eso no se puede cambiar. Si vuestro interés está en un Chronoking más fiel al original, tenéis disponible la versión mecánica con calibre Sellita SW510, de carga manual (aunque su precio se multiplica por cuatro...)




Si podéis vivir con un mecaquartz (un cuarzo cuyo modo de funcionamiento de la trotadora del crono consiste en un barrido continuo similar al de los cronógrafos mecánicos) sin duda el nuevo Chronoking Salmon es una opción a tener en cuenta, sobre todo por que resulta sensiblemente más económico y estéticamente más compensado que otros miembros de la colección.

Cierto es que personalmente no soy muy entusiasta en cuanto a las funciones de las subesferas del TMI VK63A (sinceramente, le encuentro escasa utilidad al contador de 24 horas a las 3, que sirve básicamente para diferenciar AM/PM, aunque también es verdad que lo encontramos en otros calibres de cuarzo) pero este no es un fallo que le pueda atribuir a este Nivada. Nuevamente, el calibre es el que es, y constituye la única opción económica a día de hoy para mimetizar el modo de funcionamiento de los cronos mecánicos (siendo un cuarzo).




El reloj mantiene los cánones actuales en cuanto a diámetro de caja (38 mm, aunque a mí se me hacen un tanto escasos para un crono con tres subesferas) y es algo más contenido en altura (12,95mm) beneficiándose de su calibre de cuarzo (de grosor sensiblemente menor que cualquiera mecánico automático). La longitud entre asas es de 46 mm.

Quizás uno de los puntos fuertes del modelo sea su legibilidad (al menos en lo que se refiere al juego de agujas, las subesferas son otro cantar). La horaria y minutera negras y la trotadora blanca contrastan muy bien sobre la esfera de color champagne.  




El reloj es sumergible hasta 10 atmósferas (lo que se agradece en un cronógrafo), incorpora cristal zafiro, insert de bisel de aluminio y tapa posterior ciega con el logo de la compañía. Hay un buen número de opciones en cuanto a brazaletes metálicos, correas de caucho y piel opcionales para acompañarlo como dotación.




El efecto sobre muñeca es el que se puede apreciar en las dos imágenes siguientes.






Ahora sólo resta decidir si el precio de 479 USD (similar en euros) al que hay que añadir tasas de Aduanas (calculad un 30% del valor del reloj) merece la pena como para incorporarlo a la colección. Eso sí, si estáis interesados, el plazo de adquisición finaliza el próximo 4 de Julio...



Comentarios

  1. Interesante y bonito mecaquartz, lástima el tamaño tan pequeño (como sigue siendo tendencia, tristemente). Los Yema chrono tambien tienen diseño muy chulo, pero igualmente pecan de diminutos para una muñeca de hombre). Muchas gracias por presentárnoslo!

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    1. Pues yo ya me voy acostumbrando a diámetros pequeños pero en los cronos esas dimensiones hacen más difícil la lectura de las subesferas. Gracias por comentar.

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