CASIO... PA' TIPOS COMO TUUUU (Y COMO YO).

 

A ver, ¿cómo iba a dejar escapar la ocasión? Entendedme, esto tiene mucho más tirón que la última presentación de A.Lange&Söhne, o el enésimo Speedmaster con el que anda Omega "pre-calentando" (como cuando uno enciende el horno) desde hace unos días, al personal.

Hay firmas de otros ámbitos salpicadas (juro que no he querido hacer un juego de palabras), pero en lo que al mundo de la relojería le afecta (y le ha afectado bastante), vamos a centrarnos, no en Rolex y en Casio, sino en lo que representan. Todo un reto, estoy pensando justo mientras escribo... A ver si Tiempo Dinámico está a la altura.

  

Casio fabrica instrumentos electrónicos desde hace décadas, mayormente calculadoras en sus inicios, y desde principios de los setenta relojes digitales. En 1983 su gama de relojes dio el salto a otra dimensión, con la presentación del primer G-Shock, diseñado por Kikuo Ibe. 

Yo recuerdo haber visto un anuncio de principios de los setenta en el que aparecían un reloj de cuarzo, juraría que un Casio (Seiko quizás) y un Speedmaster, a la venta por un precio similar (de hecho, algo más caro el primero). Lo comento como simple anécdota y para poner de manifiesto que el valor de las cosas no siempre ha sido igual en todas las épocas.

¿Y de Rolex, qué decir? Hoy algunos de sus modelos ya no son piezas de alta relojería, sino inversiones, impulsadas por el mejor marketing de la historia del sector, su legendaria calidad y una política de producción y de ventas tan restrictiva que has de esperar años para poder sacar (si tienes dinero suficiente) ciertos Rolex de su distribuidor oficial.

Hubo una época en la que Rolex no era una burbuja, e iba más de la mano de gente que necesitaba instrumentos de gran precisión y fiabilidad: aventureros, exploradores, especialistas en aeronáutica, automovilismo, determinados deportistas... Hoy, en mi opinión, va más de la mano (o, para ser más exactos, en la muñeca), de todo aquél con alto potencial para que se fijen en él o ella las masas, vía redes sociales. Podéis entenderlo como acusación, pero en descargo de Rolex, hacedla extensiva a bastantes más firmas.

Sí, ya sé que el último comentario va a sentar mal a más de uno. Pero, qué le vamos a hacer... el de la foto previa no se pone un Casio para que le fotografíen con él ¿a que no? Estos personajes, muchos de ellos, eligen Rolex... u otras firmas, con la condición de que todo el mundo quede bien informado de que son piezas con precios de cinco, seis o siete dígitos.

Bien, y aquí viene el meollo de la entrada. Todos conocéis la alocada carrera de precios que experimenta el sector, en todos sus segmentos, pero más acusado en las firmas de alta relojería.

¿Cuál es mi papel (y probablemente el tuyo, estimado lector de este blog) en toda esta desquiciada realidad? Ya lo he expresado en algún foro: probablemente nuestra función es la de simples comparsas.

Hoy, y no tanto en la época de Chuck Yeager cuando posaba orgulloso con su GMT Master, nos bombardean con publicidad "oficial", la que hacen las propias firmas; publicidad "indirecta", cuyo pastel se reparten los grandes portales relojeros (léase Hodinkee y similares); y publicidad "subliminal" (la mayor de todas, en redes sociales, donde Instagram se lleva la palma), dirigida a las masas, y donde pululan Drake (por si no sabéis de quien hablo, es el del anillo hortera), Shakira, y un tropel de personajes similares.

El papel de las masas babeantes, donde estamos casi todos, es el de, espoleados por todo este tsunami de impenitente publicidad, sostener la magia y el prestigio de esas firmas, y alimentar el deseo de poseer uno de esos relojes. 

Esas mismas firmas han decidido, quizás, que les sale muchísimo más rentable producir por debajo de la demanda (hay informes que hablan de un aumento exponencial de las personas adineradas, capaces de acceder al sector del lujo, aunque cueste creerlo), y vender abusivamente más caro. De ahí la insultante carrera de precios, mientras la inmensa mayoría actúa(mos) de simple comburente que, a ojos de los más pudientes, aviva el deseo de comprar, mostrar y rentabilizar esos relojes. Así de claro. El cierre perfecto del círculo, y la perfecta solución para ganar más dinero, fabricando lo justo, o algo menos.

Sí, es cierto que Rolex, por ejemplo, planea abrir unas nuevas instalaciones para aumentar su producción... pero yo creo que es porque todo se les ha ido tan de las manos que temen matar de desesperación/aburrimiento a los que se encuentran en las listas de espera de los distribuidores oficiales, y a la gallina de los huevos de oro.

No contentos con todo esto, y por si no hubiera suficiente, algunos grupos o conglomerados tienen, además, la desfachatez de llevar sus modelos a cifras de vértigo, y al mismo tiempo ofrecer "homages" de sí mismos como sedante, analgésico, psicotrópico o alucinógeno (o cualquier otro adjetivo que deseéis emplear), en envase de plástico.

¿Volvemos a Casio? Una firma, en mi opinión, honesta y, aunque no me encandilen todos sus modelos, "pa' tipos como tuuu" (y como yo). Y demos las gracias, mientras nos lo permitan...

Ya veis, hoy no he dejado títere con cabeza, y hay para todos: Rolex, Omega, Swatch, Hodinkee... Ya si eso, el domingo paso por el confesionario.